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Origen de la identidad chilena

Fiestas Patrias

Origen de la identidad chilena

Publicado el 03/12/2015
Estudiantes bailan cueca y tocan instrumentos musicales. 1966. Colección Museo de la Educación Gabriela Mistral
En estos 200 años de vida republicana, se ha inculcado el amor patrio mediante el tributo a emblemas, como la bandera y el himno y también a hitos fundacionales, como la Junta de Gobierno el 18 de septiembre 1810, o la firma del acta de Independencia el 12 de febrero de 1818. Las asignaturas de Historia y Educación Cívica se han destinado fundamentalmente a fortalecer el culto a los héroes y la construcción de la nación.

Llega el 18 de septiembre y en Chile el festejo de las fiestas patrias se asocia automáticamente con huasos, chinas, cueca, empanadas, chicha y fondas. ¿Pero de dónde surgen los valores, hitos y personajes icónicos que nos identifican como nación?

La historia se inicia a mediados del siglo XIX, cuando comienza a gestarse una identidad nacional para consolidar el Estado recientemente creado. Para la elite era esencial construir un relato sobre un origen común, que ligara las tradiciones del pasado prehispánico, la colonia y la República.



Esta identidad se reforzó a través del sistema educativo , y de la conformación de una visualidad oficial de la República , cuyo hito fue la inauguración de la Academia de Pintura en 1849.



Sus artistas representaron hechos históricos como la Conquista, la Independencia y la Guerra del Pacífico, y escenificaron las acciones de los héroes, puestos como ejemplos y modelos a seguir por la ciudadanía.



Posteriormente, se encomendó en 1872 al intendente de Santiago Benjamín Vicuña Mackenna que organizara la Exposición del Coloniaje para demostrar cómo el proceso de modernización liderado por la elite había transformado a Chile en una nación moderna, que avanzaba en los campos pedagógicos, de salud y obras públicas.



Ya en el siglo XX, la celebración del centenario fue otro hito central. La Exposición Histórica del Centenario realizada en 1910, reunió objetos considerados representativos de la Historia de Chile, entre los que se contaban implementos pertenecientes a José Miguel Carrera y a Bernardo O'Higgins.



En el transcurso de estos doscientos años de vida republicana, se ha inculcado el amor patrio mediante el tributo a emblemas, como la bandera y el himno, y también a hitos fundacionales, como la Junta de Gobierno el 18 de septiembre 1810, o la firma del acta de Independencia el 12 de febrero de 1818 .



Los actos de celebración de estos acontecimientos históricos y de homenaje a los héroes nacionales, han servido para exaltar modelos de ciudadanía y reforzar el imaginario de una identidad común nacional.

Escuela: formadora de valores patrios



La escuela es el espacio ideal para reforzar las nociones de ciudadanía, memoria e identidad nacional, mediante la enseñanza de deberes y derechos acordes al proyecto político republicano.

Las asignaturas de Historia y Educación Cívica se han destinado fundamentalmente a fortalecer el culto a los héroes y la construcción nacional.



A partir de íconos, emblemas y una serie de ceremonias desarrolladas en el espacio escolar, se ha inculcado el valor épico de eventos históricos como la Independencia de Chile, y de gestas heroicas como la "Sorpresa de Yerbas Buenas".



Huaso: prototipo de la identidad chilena

En el contexto de la celebración del centenario, el huaso se convirtió en el representante icónico de la chilenidad, pues se le asoció con una cultura y tradiciones propias que lo distinguían de sus pares latinoamericanos. Esta imagen fue promovida por un discurso nacionalista que ensalzó en él las virtudes y valores de la raza chilena.



El vestuario utilizado por este personaje forma parte de un complejo sistema de símbolos que denotan su pertenencia social. Por ejemplo, el huaso de más categoría emplea un sombrero de copa baja y ala ancha; mientras que el denominado bonete maulino o de ala corta, es usado preferentemente por el campesino de menor extracción social.

El apero huaso complementa su figura con estribos y espuelas, los cuales por sus tallados y grabados son valorados hoy como objetos museales.