Gorros del desierto se exhiben en el Museo
Son cuarenta y cinco gorros, algunos realizados hace más de tres mil años, parte de una colección del Museo Chileno de Arte Precolombino que tras un meticuloso trabajo en equipo ha registrado, conservado y estudiado a través de los años. Distingue a Gorros del Desierto de Atacama el ser una muestra que va acompañada de un coherente guión curatorial que expresa los conceptos y símbolos que hay detrás de los turbantes, diademas, gorros, cascos, capuchas y bandas cefálicas confeccionados por los habitantes del mundo andino que habitaron en el desierto de Atacama desde hace tanto tiempo.
Los curadores del Museo Chileno de Arte Precolombino han investigado el amplio repertorio de piezas de vestuario- entre estos, los gorros- que están excepcionalmente bien conservados debido a la extrema aridez del clima y a la falta de luz de las tumbas de donde fueron exhumados. La museografía de la exposición fue realizada por SUMO, liderada por Luis Sebastián Moro.
Estos estudios dan a conocer que los tocados tenían la función social de representar la identidad étnica, la pertenencia a un género o la posición que el portador ocupaba dentro de la sociedad. Así, los tocados y la vestimenta formaban parte de un verdadero lenguaje que trasmitía identidad, estatus y prestigio.
El recorrido de la exhibición comienza con la Era de los Enturbantados (2.000 a.C. - 500 d.C.), caracterizada por complejos turbantes de madejas de lana de camélido, a veces de grandes dimensiones, para seguir con los Siglos de Tiwanaku (500 al 1.000 d.C.), época de expansión de esa sociedad que produjo importantes cambios sociales, económicos y de tecnología en el norte de Chile. Emblemático de este último lapso es el gorro de cuatro puntas, un tocado de lana de campelido tejido con técnica de nudos que fue usado en vida por los miembros de ese Estado altiplánico. Este tocado los identificaba como miembros de Tiwanaku y los situaba en la escala social de éste. Los de la élite usaban gorros polícromos, mientras que los monocromos y bicromos eran utilizados por individuos de clases sociales más bajas. La Edad de los Guerreros (1.000 - 1.400 d.C.) aborda un periodo de beligerancia que se produce en el norte chileno a la caída de los estados dominantes en los Andes, Tiwanaku y Wari. Los arqueólogos han constatado en sus investigaciones que en algunas partes la mayoría de las lesiones que presentan los restos humanos de esta época se encuentran en la cabeza y nariz. Por este motivo, aparecen tocados de protección, como los cascos para la guerra. También aparecen gorros marcadores de identidad local para dejar claro cuál era el origen étnico de cada individuo.
La última parte de la exhibición llamada Bajo el Imperio del Sol, alude a la expansión del Imperio Inka o Tawantinsuyu desde el 1.400 d.C. hasta la conquista española. En poco más de un siglo este Imperio abarcó bajo su poder amplias extensiones de territorio desde el sur de Colombia hasta Chile central. Destacan en estas vitrinas el cintillo aterciopelados o llauto utilizado por la máxima autoridad inkaica, y los gorros troncocónicos que distinguieron a los pueblos altiplánicos bajo el dominio Inka y que suelen aparecer en el norte de Chile.
Para Patricio Vilaplana, Vicepresidente de Asuntos Corporativos de Minera Escondida esta exposición permite reconstruir una parte de nuestra historia. "Gorros del Desierto de Atacama" es fruto de una alianza de largo plazo con el Museo Chileno de Arte Precolombino y que esta vez nos permitirá acercarnos mucho más a nuestros pueblos originarios mediante el conocimiento de su desarrollo textil. Una muestra de incalculable valor donde podremos apreciar diversidades de gorros y tocados que simbolizan de alguna manera el regreso a su tierra de origen de uno de los tesoros más importantes de los antiguos pueblos precolombinos".
El Director del Museo Chileno de Arte Precolombino, Carlos Aldunate, puntualizó que esta alianza que permitió crear la nueva área Chile Antes de Chile en el Museo, permite hoy que excelentes colecciones arqueológicas sean exhibidas en regiones, colaborando así con la descentralización de la cultura. Por último, puntualizó que esta muestra es parte de un proyecto de rescate cultural iniciado en 2014 por el Museo y BHP Billiton que, a petición de las comunidades quechuas y aymaras de Tarapacá, ha distribuido diccionarios de lengua aymara y textos que rescatan los saberes andinos ancestrales sobre uso de plantas medicinales y técnicas de tejido. Este proyecto contempló también la puesta en valor de la colección de tejidos de Isluga y su posterior exhibición en el Museo Regional de Iquique.
Junto con agradecer a Minera Escondida y el Museo Chileno de Arte Precolombino el brindar a toda la comunidad antofagastina la posibilidad de disfrutar esta relevante exposición arqueológica, el Director del Museo de Antofagasta, Ivo Kuzmanic Pierotic, reflexiona que "la apreciación de estas indumentarias cefálicas creadas y utilizadas por los diversos grupos humanos de nuestro desierto nortino en las sucesivas etapas de desarrollo cultural, nos conduce a admirar la creatividad, la maestría y la belleza incorporadas en cada una de las artesanías textiles aquí expuestas. La pervivencia de este ancestral legado patrimonial y la consecuente posibilidad de apreciarlo hoy radica, entre otras razones, en las excepcionales condiciones de extrema aridez del desierto atacameño. Ello nos permite apreciar estos diversos tipos de gorros, los que en su conjunto ofrecen la oportunidad de imaginar la riqueza y la variabilidad cultural de estas sociedades ancestrales que fueron capaces de asumir el desafío de adaptarse y conquistar uno de los territorios más desafiantes de la tierra".