Intermareal es el área que se encuentra entre el ir y venir de la marea sobre las costas, en el desierto costero del Desierto de Atacama, el mar impulsado por el frío viento sur converge con el desierto más árido. En este delgado espacio generado por la pleamar y la bajamar, se generan una infinidad de formas de vida que sustentan la vida en desierto, entre ellas la humana.
Intermareal, (2023) de Antonieta Clunes es parte de una investigación en torno a las algas que comienza el año 2015. En esta oportunidad presenta una instalación que consta de siete piezas, en las cuales explora algunas búsquedas en torno a ellas y al ecosistema del cual son fundamentales. Fragmentos que en su conjunto introducen al concepto en su sentido etimológico, es decir, entre, en medio del mar. Al sumergirnos en un laboratorio que, desde una mirada transdisciplinar y antitaxonomista, pretende generar cercanías e incluso empatías con lo no humano, de lo cual somos tan dependientes. En este laboratorio sensible del desierto Brumario, se busca compartir el proceso de investigación y de experimentación artística, donde se exploran aproximaciones entre arte y ciencia como maneras de sensibilización para promover el cuidado.
Las algas son realmente maravillosas. Son las responsables de toda forma de vida en la Tierra, ya que ellas provocaron la Gran Oxigenación cuando lograron transformar el dióxido de carbono en su proceso de fotosíntesis, generando el setenta por ciento de co2 de la atmósfera. Esto hace posible que nosotros hoy podamos respirar y a la vez, de ellas dependen una infinidad de formas de vida.
La exposición permanecerá exhibida hasta el 24 de febrero en la sala 13.