Por 13 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones, el pleno del Consejo Regional  (CORE) de Antofagasta aprobó la adquisición de los terrenos de la ex Molinera del Norte para la habilitación de dependencias vinculadas al patrimonio cultural.

El proyecto busca convertir este emblemático  edificio en un espacio que permitirá albergar diferentes instituciones de carácter patrimonial como son el Depósito Regional, que actualmente está ubicado en zona de inundación, el archivo regional (inexistente hasta hoy) y un depósito transitorio. También permitirá instalar ahí las oficinas institucionales de la Dirección Regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat).

La adquisición del edificio Molinera Antofagasta significará una inversión total de $5.624.261 del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).

El gobernador regional y presidente del CORE, Ricardo Díaz Cortés, indicó que los argumentos técnicos presentados por los profesionales del GORE son “poner en valor un edificio que es parte de la historia local y que desde hoy tendrá la misión de rescatar nuestra cultura e identidad”.

Por su parte, el seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Claudio Lagos Gutiérrez, dijo que “estamos muy felices porque será un espacio ganado para la cultura y la comunidad. Aquí hay un tema interesante de rescate para la ciudad y la región, que nosotros vemos con muy buenos ojos ya que permitirá garantizar el resguardo de colecciones irremplazables y el desarrollo de la investigación académica”.

La decisión fue adoptada de acuerdo a la Metodología de Edificación Publica, dispuesta en el Sistema Nacional de Inversiones, y considera la construcción (con relocalización) en el inmueble de con valor histórico y emplazado en un barrio patrimonial (Barrio Estación), vinculado a otras iniciativas de Desarrollo Urbano público-privadas en el sector como es la transformación de los ex patios del ferrocarril FCAB.

Aunque el edificio conocido como Ex Molinera del Norte no cuenta con denominación patrimonial de ningún tipo, sí posee gran valor debido a su construcción industrial de estilo moderno, diseñado en 1963 por los arquitectos son María Schurmann y Mario Reyes. Es considerado uno de los escasos ejemplos de arquitectura industrial modernista en la región.

La Molinera debió cesar sus actividades en 2016 por los diferentes problemas medioambientales que provocaba a las poblaciones aledañas, luego de un largo proceso legal por parte de los vecinos del sector.