Diagnostican cuerpos momificados con macrofografía
El uso de la macrofotografía para el registro visual se presentó como una herramienta de análisis cualitativo, que gracias a su magnificación, facilitó los estudios diagnósticos. Las imágenes obtenidas por macrofotografía permitieron relevar zonas específicas afectadas por biodeterioro y el grado de vulnerabilidad de las mismas.
Así también, se logró una observación más precisa del estado de conservación general del cuerpo. Se reconocieron e identificaron alteraciones como manchas de exudación, adherencias, larvas y deterioros propios de su actividad, apoyando además su identificación.
Estas son algunas conclusiones de las autoras de esta publicación en la Revista Conserva de Conservación, Restauración y Patrimonio, Viviana Rivas Poblete, Fotógrafa independiente, Daniela Bracchitta Krstulovic, Laboratorio de Arqueología y Fernanda Espinosa Laboratorio de Análisis, ambas del Centro Nacional de Conservación y Restauración, respectivamente, quienes sostienen que el registro visual de bienes culturales ha experimentado un desarrollo exponencial durante los últimos años, en un contexto en que el patrimonio digital y las técnicas para su documentación se entienden como medios para su preservación y protección (Ioannides et al. 2016).
Este trabajo se expone parte de la metodología desarrollada por el Laboratorio de Arqueología, en conjunto con el Laboratorio de Análisis y la Unidad de Documentación Visual e Imagenología del CNCR, en el marco del proyecto “Mejoramiento de las condiciones de conservación de materiales bioantropológicos momificados del Museo de Antofagasta”. Proyecto financiado por el Fondo para el Fortalecimiento del Desarrollo Institucional de Museos Regionales y Especializados (FODIM 2013) de la Subdirección Nacional de Museos de la DIBAM, a cargo de la arqueóloga Verónica Díaz del Museo de Antofagasta.
METODOLOGÍA
Se elaboró un listado de chequeo para sistematizar el levantamiento de información cualitativa. Se revisaron los componentes señalados por la tafonomía forense (Krenzer 2006, Nociarová et al. 2015) y los efectos de alteración vinculados a estos (Hearle et al. 1998, Rufino 2012). Los indicadores de evaluación fueron de carácter mixto, indicando presencia/ausencia o siendo descriptivos para algunos campos. Por una parte, las alteraciones fueron referenciadas en cuatro cuadrantes alfanuméricos, señalando su ubicación y extensión.
Se creó un registro visual del cuerpo obteniendo sus seis vistas generales. Luego se capturaron macrofotografías de evidencias y patrones que pudieran dar cuenta de procesos de preservación/ transformación asociados a distintos contextos de incidencia.